Según un estudio elaborado por el Sindicato de Enfermería
Empeora la salud de las enfermeras y la atención a los ciudadanos
Seis de cada diez profesionales de enfermería sienten en España el síndrome de Burnout, o del profesional “quemado”, ocho de cada diez, estrés, cerca de nueve considera que el ambiente laboral se ha deteriorado y más de la mitad considera que la atención a los pacientes ha empeorado en los últimos tiempos.
Estas son algunas de las principales conclusiones del Estudio “Percepción de estrés en los Profesionales de Enfermería en España”, que ha elaborado el Sindicato de Enfermería, SATSE, gracias a la opinión reflejada por el colectivo a través de una encuesta realizada a un total de 1.173 enfermeras de todo el país, un 15 por ciento de Andalucía, durante el pasado mes de julio. El perfil mayoritario entre los encuestados es mujer, entre 26 y 55 años, y con contrato fijo.
Según explica el Sindicato de Enfermería, el principal objetivo del Estudio ha sido conocer la repercusión de la actual situación de precariedad laboral en la salud personal y calidad de vida de los profesionales, así como en la atención que se presta a los usuarios del Sistema Nacional de Salud.
A juicio de SATSE, los testimonios de los profesionales que han participado en el estudio son el mejor termómetro para comprobar el estado real de la Sanidad y de sus profesionales y, a tenor de sus resultados, se puede afirmar, con toda rotundidad, que la salud de los sistemas sanitarios en España ha empeorado en los últimos meses y, si no cambian las cosas, se verán abocados a una situación insostenible y desoladora, no solo para el profesional sino también para los pacientes.
En este sentido, el Sindicato de Enfermería recalca que la situación de estrés que están padeciendo los profesionales de enfermería sobrepasa con creces los límites razonables. Además, recalca SATSE, a las ya de por sí complicadas condiciones habituales de trabajo se están sumando los recortes sanitarios, tanto en plantillas como en medios materiales, y el aumento de la presión que el profesional soporta por el creciente descontento ciudadano.
Los principales resultados del estudio son que más de ocho de cada diez profesionales (84%) se siente estresado y seis de cada diez (62%) “quemado”. Asimismo, muchos profesionales manifiestan dolencias y perjuicios físicos, y por ejemplo, un 97% padece tensión muscular; un 93%, nerviosismo, temor o angustia; un 43% sufre problemas sexuales, y un 86% tiene trastornos del sueño.
De otro lado, más de la mitad (51%) cree que la atención a los pacientes ha empeorado, y es que ocho de cada diez (80%) considera que no hay personal suficiente, y también ocho de cada diez (82%) no dispone del tiempo necesario en su jornada laboral para atender a los pacientes como desearía. Además, cerca de nueve (88%) de cada diez enfermeras consideran que han empeorado sus condiciones de trabajo, y un porcentaje similar (86%) cree que el ambiente laboral se ha deteriorado.
Actuaciones del Sindicato
Ante esta situación, el Sindicato de Enfermería desarrollará distintas medidas y actuaciones con el objetivo de ayudar a los profesionales a prevenir y actuar ante el estrés. Entre otras, enviará las conclusiones del estudio a la Consejería de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía instando a la consejera a tomar en serio el problema y adopte medidas concretas y eficaces contra esta situación.
Asimismo, el Sindicato promoverá la realización de jornadas que ayuden al profesional a prevenir los síntomas del estrés y a intentar mitigar o acabar con ellos cuando ya los sufran, y reeditará una Guía de Prevención y Actuación contra el Estrés, que busca el mismo objetivo de ofrecer pautas de actuación que ayuden a mejorar su calidad de vida a los trabajadores afectados.
Por último, el Observatorio de la Enfermería de SATSE creará un departamento específico para hacer un seguimiento exhaustivo y continuo de la repercusión del estrés en los profesionales de toda España, en aras a tomar nuevas actuaciones a futuro.
Como conclusión, SATSE considera que el estudio vuelve a constatar que los recortes sanitarios están deteriorando de manera alarmante la calidad asistencial que se presta, la salud de los ciudadanos, la de los profesionales sanitarios y la satisfacción con un sistema sanitario que corre el peligro de pasar de ser uno de los mejores del mundo a un sistema sanitario desigual, desmotivador, carente de calidad y deteriorado.